Para mí es más valiosa tu enseñanza que millares de
monedas de oro y plata.
Salmos 119:72 NVI
Miguel
era un niño travieso y juguetón, así como son todos los niños. Iba a la escuela
por las mañanas y por las tardes trabajaba como muchacho de mandados en una de
las tiendas del pueblo donde vivía.
Lo que
más le gustaba en la escuela eran las horas de trabajos manuales. Su maestra le
decía que era todo un artista.
Un día
sucedió algo muy especial. Don Pepe, el dueño de la tienda donde Miguel
trabajaba, cumplió cincuenta años. Para festejar la gran fecha decidió regalar
algo a cada uno de sus empleados.
UNA
ELECCIÓN DIFÍCIL PARA SUS EMPLEADOS
Primero
don Pepe llamó a su fiel empleado Julián y le dijo:
–Tú has
trabajado muchos años conmigo. Ahora quisiera hacerte un regalo. ¿Desearías
recibir esta Biblia o prefieres dinero?
–Con
gusto me llevaría la Biblia dijo Julián–, pero ya que soy corto de vista creo
que más me serviría el dinero.
– ¿Y tú?
–le dijo don Pepe a Andrés, que trabajaba como chofer. Él hacía la entrega de
mercaderías.
–Mi pobre
esposa está bien enferma y necesito dinero –contestó Andrés.
–María, a
ti te gusta leer –dijo don Pepe a la cajera–. ¿Quisieras que te regale este
libro?
–Es
verdad que me gusta leer, pero no tengo tiempo para la lectura. El dinero me serviría
para comprar muchas cosas.
Así que,
en vez de la Biblia, don Pepe dio dinero a estos empleados.
LA MEJOR
ELECCIÓN
Cuando le
tocó escoger a Miguel, el muchacho que hacía mandados, su patrón lo miró
pensativo y le dijo:
–Hijo,
seguramente tú también quisieras recibir dinero, para que te compres algo
nuevo.
–Don Pepe
–dijo Miguel–, le agradezco profundamente. Hay muchas cosas que desearía
comprar, pero mi mamá me ha enseñado que la Palabra de Dios vale más que oro y
plata. Yo prefiero la Biblia.
– ¡Que
Dios te bendiga, hijo! –le dijo su patrón y le entregó una hermosa Biblia.
LA GRAN
SORPRESA
Cuando
Miguel recibió la Biblia, algo cayó al piso. Era una moneda de oro. Pero eso no
era todo. Al dar vuelta a las páginas encontró varios billetes de dinero.
¡Qué
grata sorpresa para Miguel!
No solo
recibió una Biblia, el libro más amado, sino también una moneda de oro y
dinero.
¡Y qué
sorpresa para Julián, Andrés y María, los empleados de don Pepe! El muchacho que
hacía mandados fue quien supo escoger lo mejor.
¿Cómo
crees que se sintió Miguel?
EL GRAN
TESORO
La moneda
de oro y el dinero que recibió Miguel eran un gran tesoro para él. Pero el
tesoro más grande está escondido en las páginas de la Biblia. Es el glorioso
mensaje de la salvación en Cristo Jesús.
Todas las
riquezas del mundo no se comparan con el regalo que Dios nos da del perdón de
pecados y la vida eterna. ¡Jesús es el gran tesoro!
ESCOGE LO
MEJOR
La
enseñanza de la Biblia es más valiosa que millares de monedas de oro y plata.
Así como
Miguel, escogió la Biblia y su mensaje. Escoge servir a Jesucristo, el gran
tesoro. ¡No hay nada mejor!
A TRABAJAR CON LAS MANOS
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