VALOR MES DE JULIO: DISCIPLINA








La palabra Disciplina deriva del latín discipulus, que significa discípulo, quien recibe una enseñanza de otro. En un principio éste vocablo nos enlaza con una relación autoridad-subordinación, en la que una persona dirige y ordena y otra se somete y obedece.
La disciplina está definida como la manera ordenada y sistemática de hacer las cosas, siguiendo un conjunto de reglas y normas estrictas que, por lo general, la rigen una actividad o una organización.
La noción de disciplina, por lo tanto, puede estar vinculada al comportamiento o a la actitud de alguien. Se dice que la disciplina es buena cuando la persona respeta las reglas, las leyes o las normativas dentro de algún ámbito:
Por lo general, la disciplina exige respetar un cierto código de vestimenta, cumplir con un horario y dirigirse a los superiores jerárquicos de una manera en particular, entre otras obligaciones. Esto quiere decir que, para un cristiano, la disciplina puede incluir usar todos los días la armadura de Dios.
Partiendo de estos ejemplos citados podemos, por tanto, subrayar que existen diversos tipos de disciplina como son la que tiene lugar en el colegio o escuela, la que se desarrolla en el ámbito militar, la que tiene como marco la Iglesia o incluso la que se establece como parte fundamental del ámbito profesional de una persona.


SWAT TROPA ELITE






Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño, para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.
Creo que la gran mayoría de nosotros hemos oído hablar acerca de la armadura de Dios. Considero, que este es un pasaje del cual se cree tener tanto conocimiento que se subestima y se pasa por alto su gran importancia para la vida diaria del cristiano.
Como cristianos nos hemos enfrentado a fuerzas espirituales que buscan “robar, matar y destruir” lo que Dios nos ha dado. Es por esa razón que es fundamental que nos armemos de toda la armadura de Dios para vencer al enemigo cuando venga a atacarnos y permanecer firmes en todo momento.
Todos tenemos nuestras luchas: Hay personas que pelean con el miedo o con la inseguridad, otras con la ira, otras con la confusión; sé que debemos librar esas batallas pero estoy seguro que la voluntad de Dios es que las ganemos para su gloria.
Veamos cómo se aplica esta enseñanza en nuestra vida diaria: Efesios 6:10-20
1. No es con nuestras fuerzas (v.10)
Intentar vencer con nuestros argumentos solo nos fatigará y abrirá puertas para que otros pensamientos lleguen a nuestra mente a hacernos daño. No podemos pelar con nuestra propia inteligencia o capacidad, sino que debemos depender por completo de la fuerza de Dios que es la única que nos da la victoria.
2. Debemos estar firmes (v.11)
La voluntad de Dios es que estemos firmes. No piense ni por un instante que Dios quiere verlo sometido, desmotivado, atemorizado o derrotado. Dios quiere que tengamos siempre nuestra cabeza bien en alto y sepamos quiénes somos en Él y quién es Él para nosotros.
3. Nuestra lucha es espiritual (v.12)
No peleamos contra personas sino que peleamos con entidades espirituales; por tanto nuestras armas no son materiales sino espirituales y poderosas para “la destrucción de fortalezas”. Si creemos que nuestra lucha es contra la persona que nos hizo daño o que nos busca hacer enfadar, estamos desenfocados. Debemos estar plenamente conscientes de la batalla en la que estamos para poder resistir y permanecer.
4. Resistir (v.13)
Resistir significa oponerse a una acción. Debemos oponernos a las acechanzas del diablo contra nuestras vidas y permanecer intactos cuando haya acabado “el día malo”. El día malo es el momento en el cual viene un ataque contra nuestras vidas, sin lugar a duda este llegará, pero no debemos alarmarnos, pues si seguimos las instrucciones que Pablo nos deja, inspirado por el Espíritu Santo, permaneceremos firmes y nada nos moverá en el servicio a Dios. No podemos dejar que ningún viento nos mueva, si obedecemos las palabras de Jesús con plena certidumbre de fe nada ni nadie nos moverá.
5. Equilibrio (v.14)
El cinturón de la verdad es la primera parte de la armadura. Hace referencia al equilibrio que debemos tener. Si confiamos en la verdad de la Palabra, ninguna corriente ni pensamiento nos puede desequilibrar.
6. Justicia (v.14)
No tenemos que ganarnos la justicia con nuestras acciones. Jesús nos hizo justos ante el Padre por su propia sangre. No podemos permitir que la culpabilidad nos aleje de Dios pues Cristo nos hizo libres y dignos de entrar a su presencia para siempre.
7. Disposición (v.15)
Siempre debemos estar dispuestos a llevar el evangelio. Llevar las buenas nuevas de salvación es nuestra labor como hijos de Dios; es decirle al mundo que en Jesús hay  una esperanza de vida. El diablo no quiere que nosotros le sirvamos a Dios, pero eso es justamente lo que debemos hacer. Sin miedo y sin mirar atrás.
8. Sobre todo la fe (v.16)
Sobre todo debemos tener una fe inquebrantable. La fe es la seguridad de lo que esperamos y de lo que no vemos en el momento presente. Debemos mantenernos firmes en la fe de Dios, de su Palabra y de sus promesas para que cuando vengan los “dardos de fuego del maligno” no nos dañen. Confiar en Dios en todo momento y creer en Él es fundamental para permanecer firmes.
9. La mente puesta en Dios (v.17)
Nuestra mente no debe estar puesta en las riquezas de esta tierra ni pensar en las cosas efímeras y vanas de este mundo sino que debe trascender a un pensamiento guiado por el Espíritu Santo. Nuestra mente debe estar puesta en el galardón que Dios tiene para nosotros en su Reino y en lo que debemos pensar cada instante es en pelear para establecer su Reino en el mundo, llevando a su presencia a muchos que están perdidos buscando esperanza y luz.
10. La Palabra para vencer (v.17)
El arma ofensiva que tenemos es la Palabra. Sin embargo si usamos la Palabra de Dios sin conocimiento no tendrá efecto o será peor. Solo con la dirección y el poder del Espíritu Santo que actúa en nosotros podemos usar la Palabra como una espada poderosa que destruye “todo argumento que se levanta contra el conocimiento de Dios”.
11. La Oración (v.18)
Jesús dijo que debemos estar atentos y orar para no caer en tentación. Un soldado puede tener una gran armadura pero si no tiene la fuerza para llevarla no le servirá de nada. Si no oramos y tenemos comunión con Dios la armadura no hará efecto en nosotros. La oración es al cristiano lo que es el ejercicio al soldado. La oración nos vuelve fuertes espiritualmente y nos capacita para usar la armadura de Dios y resistir.
12. El servicio (v.19-20)
La armadura de Dios no es útil si se usa para propósitos egoístas. Es decir, la armadura de Dios es una serie de armas con las cuales Dios dota al cristiano para capacitarlo a “dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio”. Si nos quedamos quietos y ociosos, seremos derrotados fácilmente. Pero si estamos constantemente velando por el servicio a Dios y luchando por su Reino y su Justicia, seremos guerreros hábiles que no caeremos y llegaremos a alcanzar la recompensa que el Padre tiene para nosotros; y no solo eso, sino que llevaremos a su luz a muchas personas que lo necesitan. Debemos hablar con denuedo de Él, no religiosamente ni como quien no sabe de qué habla, sino con pasión, sabiendo quién es Él en verdad.
¡USEMOS LA ARMADURA DE DIOS PARA VENCER!
DIOS LES BENDIGA.

TEMA 1: COMO OLOR FRAGANTE (DOMINGO 3 DE JULIO)




OBJETIVOS DE LA SEMANA:
-Que conozcan el concepto de disciplina
-Que reconozcan que Dios también usa a los más pequeños de las familias para su servicio
-Que busque todos los días la presencia de Dios en la intimidad de su corazón

REFERENCIA BÍBLICA: 1° SAMUEL 16






PARA MEMORIZAR: 1°SAMUEL 16:7B

Introducción:

Traer a la clase una lata de olor en aerosol. Si hay, use olor de canela. Cubra la lata con papel para que los niños se puedan concentrar en la fragancia, no en el recipiente.
Que decirles:
Hoy vamos a aprender como David fue ungido con aceite
El aceite tenía canela y otras especias. El aceite tenía un olor dulce.
Rocíe un poco de olor de canela en el aire. No rocíe mucho.
El aceite para ungir era un recordatorio de la dulce  presencia del Espíritu Santo. La presencia y el poder del Espíritu Santo le ayudaron a David a hacer lo que
Dios le dijo. El Espíritu Santo es una persona así como Jesús, pero es invisible. El Espíritu Santo llena tu corazón con alegría y paz.



HISTORIA BIBLICA:

David era el hijo más pequeño de Isaí. Sus hermanos eran fuertes y eran parte del ejército del Rey Saúl. David se quedaba cuidando a las ovejas. Saúl era Rey, pero él no fue un buen rey, pues el desobedeció las ordenes de Dios y le desagrado a Él. Por causa de esto, Dios decidió escoger a otro hombre para que fuera Rey en lugar de Saúl. 

Un día, Dios hablo a Samuel, toma un poco de aceite consagrado y ve a la casa de un hombre llamado Isaí, en Belén, porque escogí a uno de sus hijos para ser Rey. El profeta se quedó muy preocupado, pues tenía miedo de que Saúl lo castigara si se daba cuenta de que Samuel iba a ungir otro Rey que quedaría en su lugar. Samuel vio al hijo más grande de Isaí, Eliabe, y después pensó que él era el escogido de Dios, pues era muy fuerte y guapo! Pero Dios le dijo: No mires  su apariencia, pues yo no veo eso; no es este al que escogí para ser Rey. 

Después, Isaí le mostro a Samuel su hijo Abinadabe, porque él era muy elegante. Pero Samuel le dijo: No, él no es. Continúo Isaí presentándole a su hijo Sama. Pero tampoco fue el que Dios escogió, dijo Samuel. Isaí trajo siete de sus hijos a Samuel, pero Dios no había escogido a ninguno de ellos. ¿Estos son todos tus hijos? Pregunto Samuel. Todavía tengo el más joven, dijo Isaí. Pero él está afuera cuidando de las ovejas. Entonces Samuel dijo que lo buscaran.
 










 
Cuando llego David, Samuel vio que era un joven muy pequeño, aún para ser rey, pero con un buen corazón. Y Dios dijo a Samuel: Este es el elegido. Derrama el aceite sobre él. Y Samuel hizo exactamente lo que Dios ordeno. Más tarde, David se convirtió en Rey de Israel. 

 APLICACIÓN A LA VIDA DIARIA:

¿Entendieron niños? Dios ve el interior y busca personas de corazón sincero y puro para que puedan hacer cosas grandes. Debemos preocuparnos con lo que está dentro de nosotros, y nunca dejar entrar la mentira, los malos deseos, el enojo, el odio, etc. Pero por si acaso algunas de esas cosas entraron en tu corazoncito, recuerda  que Jesús puede limpiarlo y dejarlo bien blanquito, y llenarlo de bondad y sinceridad. Solo tienes que pedirle perdón por tus errores y prometerle que nunca más los vas a practicar.



MANUALIDAD: En la parte de adentro escribe el versículo para memorizar.


 





SUGERENCIA PARA NIÑOS DE 11-12