Tim Challies
Cuando Pablo escribió las
instrucciones para el joven pastor Timoteo, él le dijo que fuera un ejemplo
para su iglesia, «no permitas que nadie menosprecie tu juventud, sino sé
ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza» (1Ti 4:12).
Timoteo debía modelar un pensamiento y una vida piadosa y debía saber que,
inevitablemente, su iglesia lo imitaría. Para bien o para mal, comenzarán a
parecerse a su pastor. En las últimas semanas, he estado desafiando a los
cristianos jóvenes (quienes están en sus dieci- o venti-algo) para que
respondan a este mismo llamado: ser un ejemplo de los creyentes. Aunque seas
joven, aunque las personas te menosprecien por tu juventud, aún así eres
responsable de ser un ejemplo ante Dios y ante tus hermanos y hermanas
cristianos.
Hoy quiero considerar lo que
significa tener una fe ejemplar, el tipo de fe que, si es imitada por otros,
los llevará a ser más como Cristo. ¿Tienes ese tipo de fe? Si las personas te
imitaran, ¿en realidad estarían imitando a Jesús? ¡Este no es un desafío
pequeño!
Una fe fiel
Hoy estaremos pensando en la fe,
pero no quiero separar la fe del amor, la palabra que le precede. En las cartas
de Pablo, a menudo, él une estas dos palabras. Él hace esto en Tesalonicenses,
tres veces en sus cartas a Timoteo y una vez en su carta a Filemón. Estos son
un par de ejemplos: «pero ahora Timoteo ha regresado de ustedes a nosotros, y
nos ha traído buenas noticias de su fe y amor...» y «doy gracias a mi Dios
siempre, haciendo mención de ti en mis oraciones, porque oigo de tu amor y de
la fe que tienes...». No estamos seguros de por qué Pablo tan a menudo conecta
estas palabras, pero supongo que es porque ambas son marcas necesarias de un
cristiano. Un cristiano debe tener y mostrar fe. Un cristiano debe tener y
mostrar amor. Un cristiano sin fe ni amor no es un cristiano en lo absoluto.
Cuando vemos a Pablo decirle a Timoteo que sea un ejemplo de los creyentes en
amor, no es sorpresa que inmediatamente mencione la fe también.
Cuando pensamos en lo que Pablo
quería decir con fe, nos enfrentamos a dos opciones. Podría ser que Pablo le
estaba diciendo a Timoteo que él necesitaba ser un ejemplo en su fe: su
seguridad en Dios, su confianza en Dios, su dependencia en Dios para salvación
y todo lo que viene con ella. Por otro lado, podría haber sido que Pablo le
estaba diciendo a Timoteo que él debía ser un ejemplo en fidelidad: al vivir
esa fe salvadora, al comprometerse con la vida cristiana, al ser fiel con todo
lo que la Biblia le pide como cristiano y como ministro. El griego original
puede ayudar a apoyar ambas opciones y los comentarios escritos por los
teólogos expertos están un poco divididos entre los dos conceptos. John Stott
dijo que la palabra «podría significar confianza en Dios y en Cristo o fiabilidad,
una fidelidad cristiana fundamental o ambas». Sin embargo, me pregunto si es
que realmente necesitamos elegir entre ellas, puesto que ambas están
íntimamente relacionadas. Debes tener fe para ser fiel y no puedes tener
verdadera fe sin mostrar fidelidad. La fe más profunda lleva a la vida
cristiana más fiel.
Así que quizás, es mejor concluir
que primero Pablo quiere que Timoteo sea un ejemplo en fe, en su seguridad
inquebrantable en Jesucristo, en su confianza en la Palabra de Dios y en su
dependencia en las promesas de Dios, en todo lo que Pablo le enseñó como su
amigo, pastor y mentor. Spurgeon dijo: «la fe es creer que Cristo es lo que
dijo ser, y que hará lo que ha prometido hacer, y luego esperar esto de él».
Sin duda, Pablo no quería menos que esto para su joven amigo. Él quería que
Timoteo tuviera una fe ejemplar. Si una persona en su iglesia preguntara, «¿qué
significa tener fe?», deberían poder mirar a Timoteo y encontrar la respuesta.
La persona que tiene ese tipo de
dependencia total en Dios necesariamente vivirá una vida a toda prueba. Su fe
lo llevará a la fidelidad. Jerry Bridges dice, «la persona fiel es una que es
dependiente, fiable y leal, alguien con quien contar en todas sus relaciones y
que es absolutamente honesta y ética en todos sus asuntos». Su seguridad sólida
en Dios no está reducida solo a su hombre interior sino que fluye en toda su
vida y en cada una de sus decisiones y responsabilidades de la vida. Su fe es
tan buena, tan fuerte, como para que se mantenga oculta. Timoteo debe mostrar
esta fidelidad ejemplar con el fin de tener un contentamiento completo para
vivir cada palabra de la Escritura. Él debe comprometerse a la obediencia, a la
santidad y al amor. Si una persona en su iglesia preguntara, «¿qué significa
ser fiel?», ellos debería poder mirar a Timoteo y encontrar la respuesta.
Pablo quería que Timoteo supiera
que mientras él viviera, sirviera y ministrara a su iglesia, él debía ser un
ejemplo en fe y en fidelidad. Él debía tener esa fuerte fe interior así como
también la evidencia de la obra externa de esa fe. Aunque él era más joven que
muchos de los miembros de su iglesia, él aún debía ver esto como su
responsabilidad. Timoteo debía estar seguro de que, incluso como un hombre
joven, él en realidad podía tener una fe
y una fidelidad digna de imitar.
La fe de Timoteo comenzaría con
la Escritura, con una seguridad inquebrantable en la verdad y en la veracidad
de la Biblia. Las próximas palabras que Pablo le escribe a Timoteo son,
«ocúpate en la lectura de las Escrituras, la exhortación y la enseñanza.
…Reflexiona sobre estas cosas; dedícate a ellas, para que tu aprovechamiento
sea evidente a todos». Timoteo debía llenarse con la Palabra, luego, debía
dejar que esa Palabra fluyera de él. Su fe en la Palabra y en el Dios de la
Palabra se desbordaría en fidelidad.
Y
este es tu desafío como persona joven en la iglesia hoy. Debes tener fe,
fe que está enraizada y cimentada en Dios a medida que él se revela por medio
de la Palabra. Llénate de la Palabra. Sé un hombre o una mujer de la Palabra.
Ocúpate en la lectura de la Escritura. A medida que haces esto, tu fe crecerá,
y a medida que tu fe crece, así también lo hará tu fidelidad. Timoteo, el
hombre de la Palabra, pudo ser un ejemplo a los creyentes en fe y en fidelidad.
Así que tú también puedes.
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