¿EN QUIÉN CONFÍAS? (miércoles 2 de mayo)



Hace mucho tiempo, antes de que alguno de ustedes naciera, había un juego en la televisión que se llamaba “¿En quién confías?” Hoy vamos a jugar nuestra versión de “¿En quién confías?” El juego se juega de esta forma. Primeramente les diré qué tipo de pregunta haré. Puedo decirles que haré una pregunta bíblica. Entonces le diré a uno de ustedes: “¿En quién confías?” Usted entonces escogerá una persona en la cual confía para que conteste la pregunta correctamente.
¿Están listo para jugar? OK, ¡Juguemos! Tengo una pregunta bíblica. Juanito, “¿En quién confías?” (Juanito entonces escogerá una persona para que conteste la pregunta. Asegúrese de que las preguntas son apropiadas para que los niños puedan contestarlas y nadie se sienta mal.)
Aquí está la pregunta: “¿Qué persona de la Biblia fue tragada por un pez muy grande?” (Jonás, por supuesto.)
¡Tremendo! Juanito sabía que él podía confiar en (nombre) para contestar la pregunta.
Tratemos nuevamente. Esta vez haré una pregunta de la televisión. María, ¿en quién confías? (María escoge a alguien en que confíe para contestar la pregunta correctamente.)
La pregunta es: ¿Quién es verde y vive en un zafacón en la Calle (o Barrio) Sésame? (Oscar el grouch o Oscar, el gruñór. - De seguro sabías esa.)
¡Vaya! ¡La verdad es que son muy inteligentes!
El jugar “¿En quién confías?” puede ser muy divertido, pero en la vida real es mucho más importante para nosotros saber en quién confiamos, y yo sé dónde buscar la respuesta. Podemos encontrar la respuesta a esa pregunta en la Biblia. El Salmo 23 es uno de los más queridos pasajes de toda la Biblia. Cuando leemos el Salmo 23, nos parece como si alguien le acabase de preguntar a David “¿En quién confías?” Su contestación fue “El Señor es mi pastor, nada me falta.”
David era un pastor y sabía que las ovejas podían confiar en el pastor en cualquier situación. Cuando las ovejas están hambrientas, el pastor las lleva a pastos verdes donde tengan suficiente hierba que comer. Cuanto tienen sed, él las lleva a un riachuelo tranquilo en el cual puedan beber agua. Cuando las ovejas están en peligro de ser devoradas por animales salvajes, el pastor es su protector. Las ovejas pueden confiar en el pastor en cada situación.
Todos los días nos encontramos encarando situaciones de gran dificultad y alternativas difíciles de escoger. Muchas veces nos preguntamos: “¿En quién confío?” La respuesta es “Jesús” La Biblia nos dice que Jesús es “el Buen Pastor” y que somos sus ovejas. Como David, podemos decir: “El Señor es mi pastor, nada me falta.” Podemos confiar en Él en toda situación.


ORACIÓN:

Querido Jesús, tú eres el Buen Pastor y somos tus ovejas. Ponemos nuestra confianza en ti. Amén.




A TRABAJAR CON LAS MANOS







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