OBJETIVOS:
· Los niños aprenderán a conocer sobre la Templanza
y Mansedumbre como fruto del Espíritu Santo en sus vidas.
· Al finalizar deberán
poder aplicar en su diario vivir la Templanza y Mansedumbre en todo aquello que
hacen donde se desenvuelven.
· Los niños tienen que
saber distinguir lo que significan tanto la Templanza como la Mansedumbre y
conocer ejemplos bíblicos de personajes que en su vida fueron ejemplo de ello.
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REFERENCIA BÍBLICA: San
Mateo 11:29; San Mateo 5:5; 2 Timoteo 1:7
PARA MEMORIZAR: Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Mateo 5:5
VERDAD BÍBLICA.
Hay situaciones que “te
sacan de las casillas” ¿Te ha pasado que hay momentos que te enojas tanto que
reaccionas de alguna manera muy fuerte? Muchas veces con nuestra manera de
actuar frente a los problemas, gritamos, golpeamos las cosas, o herimos a la
gente que nos rodea. Por eso es que una de las manifestaciones o frutos del
Espíritu Santo es la mansedumbre.
¿Qué
es mansedumbre? Es tener un comportamiento manso, pacífico,
amable, dócil. Por ejemplo: no pelear con los hermanos o amigos cuando
se está nervioso. Es tener control de las emociones, incluso frente a los
problemas o dificultades que se enfrentan cada día, en casa o en la escuela.
‘Manso’ es un río de aguas tranquilas
corriendo serenamente. En la Palabra de Dios encontramos una promesa para todos
aquellos que practican la mansedumbre. San Mateo 5:5 nos dice: “Bienaventurados
los mansos, porque recibirán la tierra por heredad”.
¿Sabes qué es la templanza? Se
refiere al dominio propio; se demuestra eligiendo correctamente entre lo que es
saludable y lo que no lo es. También, es observar muchas cosas buenas
sin querer tenerlas a todas de una vez. Esto no se aplica sólo a los alimentos.
Las buenas elecciones alcanzan otros aspectos de la vida. Por ejemplo: cuando
apagas el televisor a la hora que tus papás te lo piden (a pesar de las ganas
que tienes de seguir mirando). Templanza es cuando tienes cuidado con los
sitios y juegos de Internet que frecuentas, accediendo a aquellos que no
corromperán tu mente. Elegirás los edificantes, los que te ayuden a conocer
nuevas culturas, descubrir el mundo animal, o a aprender otros idiomas.
No siempre es fácil
practicar la templanza (dominio propio), principalmente cuando nos ofrecen
muchas oportunidades tentadoras. Desde temprano necesitamos aprender a elegir,
no sólo lo que es rico o más interesante; sino también, lo mejor. Cuando
hacemos buenas elecciones, nuestra vida es más dulce, (así como las peras).
Hoy, a través de dos
historias bíblicas acerca de Moisés (el hombre más manso de la Tierra) y de
Daniel (que nos mostrará que Dios nos ayuda y nos bendice cuando decidimos
obedecerlo), el Señor nos dará valor para elegir lo que es mejor en cada
situación que se nos presente.
Moisés: la Biblia dice que él era la persona
más mansa sobre la Tierra. No importaba la situación en la que se encontrara,
siempre estaba tranquilo. Hubo momentos donde el pueblo se rebeló, se quejaba e
incluso trataba de matarle. Aún sus propios hermanos se quejaron de él y lo
criticaron, pero aun así no perdió la calma. Había aprendido a confiar en Dios.
Sin embargo un día se olvidó de dejar a Dios en control, Dios le mandó que le
hable a la roca para que le dé agua, pero él estaba tan enojado por la queja de
la gente que la golpeó. Y por desobedecer al Señor no pudo entrar en la tierra
prometida. Debemos ser siempre sensibles a la influencia del Señor, para nunca
perder el dominio propio.
Daniel también fue alguien
que practicaba la mansedumbre y templanza. Cuando vino el tiempo de dificultad
y lo echaron al foso de los leones, no empezó a patalear, a gritar ni a
quejarse ante Dios. Siguió orando como siempre lo había hecho, y el Señor
contestó su oración.
APLICACIÓN A LA VIDA DIARIA:
Durante toda nuestra vida
vamos a vivir situaciones no muy lindas, que tratarán de sacarnos del propósito
de Dios y hacer que fallemos en mostrar estas manifestaciones del Espíritu. Por
eso es importante cada día, temprano en la mañana al hacer el devocional,
entregarle el control de todo a Dios. No podemos decir: “Me hicieron enojar” o
“me sacaron de las casillas”. Nosotros tomamos la decisión de enojarnos, de
gritar, de lastimar. Por eso, tomemos hoy la decisión de dejar que la presencia
del Espíritu Santo reine en nuestros corazones, y que Su fruto se manifieste en
plenitud en nuestras vidas.
A TRABAJAR CON LAS MANOS:
gracias por la explicación
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