Valentín y Maritza querían darle una sorpresa a su
mamá. Decidieron prepararle un pastel.
–Tengo una buena receta –dijo Maritza–. Me la dio
mi amiga.
–No creo en las recetas –contestó su hermano Valentín–.
Hagamos una mezcla a nuestro gusto.
–Eso no saldrá bien –le dijo Maritza–. Tenemos que
hacer lo que dice en la receta.
–No –insistió Valentín–. Lo vamos a hacer a nuestro
gusto.
Y así lo hicieron. Mezclaron un poco de harina,
bastante azúcar, agua, huevos, sal y pimienta. Batieron en un recipiente todo
lo que se le ocurrió a Valentín.
¿El resultado? Salió todo, ¡menos un pastel! El
muchacho tuvo que darle razón a su hermanita. Luego hicieron otro pastel según
la receta. ¡Salió muy bien!
Lección Bíblica
En la Biblia encontramos la «receta» para una vida
feliz. Dios le había dado a Moisés la Ley, no para afligir y molestar al
pueblo, sino para que puedan ser felices.
¿Cuál es el camino a la felicidad? LA OBEDIENCIA.
Así como no se puede hacer un pastel mezclando cualquier
cosa, no se puede vivir feliz portándose de cualquier manera.
¿Qué «receta» le dio Dios a Josué? Leamos Josué 1:8
(que un alumno lo lea).
Digamos diez veces la última parte del versículo:
«y todo te saldrá bien» (RVR)
«Así prosperarás y tendrás éxito» (NVI).
Hay tres pasos para que las cosas nos salgan bien:
·
Hablar la Palabra de
Dios. Por eso repetimos cada semana nuestro texto para
memorizar.
·
Meditar
(pensar) en la Palabra de Dios. Dios dijo a Josué que pensara de día y
de noche en la ley de Dios.
·
Cumplir la Palabra de
Dios. Obedecer lo que Dios nos ordena.
¿Recuerdan lo que le pasó a Acán por ser
desobediente? Le costó la muerte a él y a toda su familia.
Después que el pecado fue descubierto y castigado,
Dios dio la victoria al pueblo de Israel. Conquistaron la ciudad de Hai.
Lectura y escritura de la Ley
Un día Josué recordó algo que Moisés había ordenado
antes de morir. Él había dicho que cuando entraren en la Tierra Prometida
edifiquen un altar a Dios.
Tenía que ser un altar muy especial, de piedras
grandes, blanqueadas con cal. Sobre esas piedras debían escribir la Ley.
Otra cosa más; lo debían hacer en el monte Ebal.
Ese era el lugar donde Abraham, 600 años antes,
había edificado un altar a Dios.
¿Qué creen que hizo Josué? ¿Dijo tal vez que no era
importante, ya que Moisés había muerto? No. Josué sabía que debía obedecer,
porque así, todas las cosas le iban a salir bien.
¡Qué buen siervo de Dios era Josué!
Josué reunió a todo el pueblo en el monte Ebal.
Hizo traer las piedras más grandes y bonitas para
edificar el altar a Dios. (Dibuje el altar en la pizarra, con piedras grandes.)
Así, más o menos, era el altar. Las piedras eran
lisas. Sobre ellas Josué mandó escribir la Ley.
Repasemos los Diez Mandamientos. (Use láminas con
dibujos de las tablas de la ley. Puede repartirlas entre los niños y dejar que
ellos escriban los mandamientos en las piedras dibujadas en la pizarra.)
(Lea Josué 8:34.)
Miremos en la Biblia el libro de Deuteronomio. Es
largo; tiene 34 capítulos. En ese libro está el resumen de toda la Ley ¿Quién
quiere leer Josué 8:35? (Que un alumno lo lea.)
«No omitió
ninguna palabra de lo ordenado por Moisés.»
Todo... todo... todo lo que está escrito en la Ley
de Moisés, Josué hizo leer delante del pueblo.
Allí estaban los ancianos, los oficiales, los
jueces, los sacerdotes, los hombres, las mujeres, los niños, y todos los
extranjeros que vivían con el pueblo de Israel. Horas y horas tuvieron que
estar de pie en el sol, escuchando la lectura de la Ley de Dios.
¿Creen que se cansaron? Tal vez, sí. Pero para
Josué era muy importante repasar con el pueblo todo lo que Dios había ordenado.
¿Es importante para ti lo que Dios dice en su Palabra? Espero que tu respuesta
sea un fuerte «¡sí!».
APLICACIÓN A LA VIDA DIARIA
¡Qué felices somos! ¡Tenemos la Biblia para poder
leerla todos los días! Los israelitas tenían que subir al monte Ebal para leer
la Ley en las piedras del altar.
Hay países en nuestro mundo donde no creen en Dios.
Allí no hay muchas Biblias. Los niños y las niñas tienen que copiar la Palabra
de Dios a mano.
Al orar, vamos a darle gracias a Dios porque
tenemos su Palabra. Pediremos también que Él nos ayude a ser obedientes cada
día.
La Biblia, la Palabra de Dios, es un gran tesoro.
¿Alguien sabe cuál es el capítulo más largo de la
Biblia? Sí, es el Salmo 119. Cada versículo dice algo acerca de la Palabra de
Dios. Nuestro texto para memorizar es uno de los versículos de ese hermoso Salmo.
¿Qué dice? (Repásenlo.)
(También haga una invitación para los que deseen
recibir a Cristo en su vida. Ore por ellos. Ore también para que los niños sean
obedientes a Dios y su Palabra.)
Texto para memorizar
“En mi corazón atesoro tus dichos para no
pecar contra ti.”
A TRABAJAR CON LAS MANOS:
Puede preparar esta masa y a medida que digan el versiculo de memoria vayan formando un corazon , una cofre, etc, lo que su imaginacion lo permita.
Salmo
119:11
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