LUCAS 6:43-46
No es buen árbol el
que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto.
Porque cada árbol se
conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas
se vendimian uvas.
El hombre
bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal
tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la
boca.
Dos
semillas fueron plantadas en el mismo tiempo, de dos árboles diferentes. La
primera semilla fue de un árbol de flor de cerezo y el otro era una semilla de
un árbol de secoya. Ambos recibieron el mismo cuidado, ambos recibieron la
misma cantidad de luz del sol y agua. El árbol de flor de cerezo creció
rápidamente y floreció hermosamente con brillantes flores de color rosa y hojas
verdes brillantes. Pero, la semilla del árbol de secoya parecía que le tomaría
mucho más tiempo para surgir
Conforme
el tiempo pasó el árbol de flor de cerezo continúo creciendo y prosperando,
pero al árbol de secoya se le veía como si nunca fuera a ningún lugar. Luego de
algún tiempo un pequeño brote comenzó a salir de la tierra y el árbol de secoya
comenzó a crecer a una altura extrema elevándose sobre el árbol de flor de
cerezo. La razón por la cual al árbol de secoya le tomó más tiempo crecer era porque
este necesitaba que sus raíces fueran fuertes y profundas en la tierra para
soportar su enorme tamaño. Ninguno de los dos árboles era insignificante,
porque cumplieron su propósito, y aun cuando el árbol de flor de cerezo era
hermoso a la vista, el árbol de secoya llegó a ser el más alto y más fuerte
árbol en el mundo.
ACTIVIDAD:
Juegue arranca cebolla, en un
arbol los niños y en otro arbol las niñas
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