TODO DEPENDE DE LA TIERRA (Miércoles 28 de Junio)









“Pero el que recibió la semilla que cayó en buen terreno es el que oye la palabra y la entiende” (Mateo 13:23)
¿Has sembrado algo alguna vez? Quizás agarraste algunos paquetes de semillas y las sembraste en un jardín de vegetales. De ser así, sabrás que el tipo de tierra que tengas es muy importante para el éxito del jardín. Si la tierra es muy dura, o rocosa y con espinos, probablemente no tendrás una buena cosecha de vegetales.


En el devocional de hoy veremos que Jesús contó una historia acerca de un hombre que salió y sembró algunas semillas. Algunas cayeron junto al camino, donde la tierra era muy dura. La semilla se quedó en la superficie de la tierra y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte de la semilla cayó en terreno pedregoso. La semilla brotó pronto pero cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y se secaron. porque no tenían buenas raíces. Algunas semillas cayeron entre espinos que, al crecer, la ahogaron. Afortunadamente las otras semillas cayeron en buen terreno y las plantas crecieron fuertes, saludables y produjeron una buena cosecha.


En la historia de Jesús, la Palabra de Dios es la semilla, y nosotros somos el terreno. En muchas ocasiones no somos buena tierra y por eso no damos el fruto que Dios espera de nosotros.

Cuando oímos la Palabra y tratamos de entender lo que dice y la ponemos en práctica en nuestra vida, entonces somos como el buen terreno. Somos la buena tierra en la cual la semilla echa raíces y crece y produce una buena cosecha. Esa es la clase de terreno que Jesús desea que seamos. ¿Qué clase de terreno eres?

ORACION:

Amado Jesús ayúdame a ser buena tierra, a poner en práctica tu Palabra cada día, ayúdame a que pueda ser hacedor de tus enseñanzas y no sea una tierra dura, seca o rocosa que no produce fruto porque lo que deseo es agradarte y hacer tu voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.

A TRABAJAR CON LAS MANOS




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