"LAS INTERMINABLES OBRAS DE RATONVILLE" (Miércoles 11 Marzo 2020)













Ratonville estaba en problemas. 50 parejitas de ratones habían fundado la ciudad, y vivían en sus
50 Preciosas casitas. Pero con el tiempo las casitas se habían ido quedando pequeñas. Acumulaban recuerdos de viajes, nacían pequeños ratoncitos o, simplemente, se volvían más gorditos. Y llegaba el momento de tomar una decisión: o hacían la casa más grande, o cada uno tendría que irse a una nueva casita y empezar de cero por separado.

Pero lo de hacer la casa más grande parecía imposible. En cuanto comenzaban las obras todo se llenaba de polvo y suciedad, no había sitio para nada, y la casa resultaba aún peor que la que tenían.
Ninguna parejita de ratones era capaz de aguantar aquello por mucho tiempo, y por eso terminaban abandonando su casa en obras. Así fue como Ratonville empezó a parecer un pueblo fantasma lleno de casas vacías a medio arreglar…

Solo los locos de los Ratúnez seguían de obras. Ellos fueron de los primeros en comenzarlas y nunca las habían terminado. Es más, desde fuera, su casa parecía la peor, siempre rodeada de grúas, telas, escombros y suciedad.

Tan horrible era, que sus vecinos les aconsejaban:

- Deberíais dejarlo ya y reconocer que esta casa no tiene arreglo. Con lo fácil que sería empezar  cada uno en su nueva casita…

Y la verdad es que los Ratúnez estaban hartos de obras, y ni siquiera sabían si las acabarían algún día.
Cuando no fallaba una cosa, fallaba la otra. Pero aquella era su casita, en la que habían vivido tantas cosas juntos, y no querían renunciar a ella tan fácilmente. Pronto la suya se convirtió en la única casa habitada entre tantas fantasmales casas abandonadas.

Aquella zona de la ciudad no tardó en ser olvidada, y con ella los Ratúnez. Hasta que, tiempo después,la pequeña de los Rattison alertó a todos, emocionada.

- ¿Habéis visto qué casa más increíble hay al otro lado de la colina? ¡Es lo más requetechupirratuno del mundo!

Se refería, por supuesto, a la casa de los Ratúnez, quienes por fin habían conseguido terminar las obras. Su casa era espectacular, más allá de los sueños de cualquier pareja de ratones, y los Ratúnez se veían los más felices de los habitantes de Ratonville. Llegaron a ser muy conocidos y queridos en la ciudad, pues su casa siempre tenía el sitio perfecto para cualquier fiesta o celebración.

Años más tarde, muchos comentaban la suerte de los Ratúnez por tener aquella casa. Y solo los que conocían la historia respondían:

- La verdad es que lo suyo no tuvo nada que ver con la suerte, sino con algo mucho más simple:  tener confianza y paciencia y se comprometieron para acabar lo que todos los demás dejamos a la mitad.

*****

Efesios 6:1-3

APLICACIÓN AL DEVOCIONAL.

Vale la pena que nos comprometamos a arreglar nuestro hogar o las relaciones y  problemas con nuestros padres, aunque duela cuando nos dicen que debemos cambiar alguna actitud, tener en cuenta que tus padres lo hacen por tu bien porque te aman, porque ellos ya pasaron por ese camino porque no quieren ver que fracases; vamos no tengas miedo comprométete a cambiar tu actitud y van a pasar muchos años como en la historia de hoy, recordando lo hermoso que es el honrar a nuestros padres. Y al pasar el tiempo verás como sí vale la pena.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario