¡ESTÁ VIVO Y NOS ESCUCHA! (Miercoles 6 de Noviembre 2019)





Doña Victoria era viuda. Su esposo había muerto y ella había quedado sola con la responsabilidad de criar a diez hijos. La pobre mujer sufría mucho y trabajaba casi día y noche para que no faltara el pan en la mesa. Cada mañana se levantaba temprano e iba a la capilla del pueblo donde vivía. Allí prendía velas y adoraba a su «santito». Pero nunca sentía paz. Salía llorando al frío de la mañana. «San Martín» (o algún santo conocido en el lugar) se veía muy bonito, pero era solamente una figura; una imagen. = Tenía boca, pero no hablaba = Tenía ojos, pero no veía = Tenía orejas, pero no oía = Tenía nariz, pero no olía = Tenía manos, pero no palpaba = Tenía pies, pero no caminaba (Compare con el Salmo 115.) Un feliz día doña Victoria oyó hablar de Jesús. Lo recibió como su Señor y Salvador, y desde ese día las cosas cambiaron. Ya no tenía que prender velitas a una figura, sino que podía hablar todos los días con Jesús, el Dios vivo y verdadero. Los hijos de doña Victoria fueron a la escuela dominical y aprendieron las mismas hermosas historias que tú escuchas cada semana. ¡Qué bueno es saber que nuestro Dios no está muerto! Él vive, y escucha las oraciones de sus hijos.

ACTIVIDADES:

-haga con los niños un muñeco de arcilla o plastilina. Pónganle ojos, boca, orejas, manos, pies. Mientras realizan la actividad pregúnteles si ese muñeco puede ver, hablar, oír, caminar. ¿Podría responder oraciones? No, porque no tiene vida.
- Escriba en una cartulina: Adoremos al Señor. Colóquela en la pared, a un nivel apropiado para los niños. Cada uno puede dibujar o escribir allí una manera de adorar al Señor

 



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