Lámpara es a
mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino. Salmo 119:105
Andrés
estaba aburrido. « ¡Lluvia, lluvia, lluvia! –Se quejaba una y otra vez–. ¿Por
qué tiene que llover hoy también?»
Andrés
tenía vacaciones de la escuela y no dejaba de quejarse por la lluvia. – ¿Qué
voy a hacer todo el día? Mejor es no tener vacaciones –siguió comentando muy de
mal humor.
–No
te quejes tanto –le dijo su hermana mayor–.
Los
campesinos están contentos por la lluvia. Así tendrán buena cosecha.
–A
mí no me interesan los campesinos. Quiero salir a jugar.
–Tal
vez no les des importancia hoy, pero si mañana no hay comida eso no te va a
gustar, deja de quejarte y arregla los juguetitos rotos de Jaime.
–Jaime
es muy descuidado. No me gusta arreglar sus juguetes rotos.
EL REGALO
EMPOLVADO
La
mamá de Andrés había escuchado la conversación sin intervenir, pero ahora dijo:
–Me
parece que estás de muy mal humor, hijo. Creo que sería bueno que leas la
Biblia que te regalaron en la escuela dominical. Está toda empolvada.
–Y,
¿qué bien me va a hacer? Me voy a aburrir aún más –contestó desganado.
–Si
te dieron un regalo tan lindo creo que
debes usarlo. Hay muchos niños que desean tener una
Biblia
y no la tienen. Puedes leerla mientras deja de llover.
DESPUÉS DE DOS
HORAS
Tan
disgustado estaba Andrés que no quiso escuchar los consejos de su mamá.
Pasó
dos horas vagando de aquí para allá, molestando a su hermana y dando pellizcos
a su hermanito.
Al
fin sacó la Biblia del armario.
La
Biblia estaba muy empolvada. ¡Qué vergüenza! Andrés estaba seguro de que no se
la habían regalado para que la tuviera guardada.
UNA BIBLIA
HERMOSA
Era
una Biblia hermosa que había recibido en la escuela dominical; una Biblia de
pasta negra con cierre relámpago.
La
abrió y empezó a hojearla distraídamente.
Buscó
el versículo que le habían dado de recuerdo:
«La sabiduría
comienza por honrar al Señor», leyó en Proverbios 9:10.
Andrés
recordó lo que había dicho su maestro, que confiar en Dios da seguridad y gozo.
Siguió
leyendo unos versículos más y se dio cuenta de que es muy interesante leer la
Biblia.
–Creo
que debo de leer un poco cada día –dijo Andrés–. No dejaré que se empolve mi
linda Biblia.
SE OLVIDÓ DE LA
LLUVIA
Después
de leer por un buen rato tomó uno de los juguetes rotos de Jaime para
arreglarlo.
El
mensaje de la Biblia había hecho un milagro en Andrés.
Ya
no estaba ni aburrido, ni molesto, y se había olvidado totalmente de la lluvia.
Y
cuando terminó de arreglar el juguete de Jaime le pidió perdón por haberlo
pellizcado.
¡Qué
bien le había hecho a Andrés la lectura de la Biblia!
LEE LA BIBLIA,
EL LIBRO DE DIOS
¿Y
tú? ¿Lees la Biblia?
La
Biblia es el libro de Dios que nos indica el camino que lleva a la vida. Todo
lo que necesitas saber para llevar una vida que agrada a Dios está en la
Biblia.
Lee
todos los días la Biblia. Si no tienes una Biblia, haz todo lo posible por
conseguir tu propio ejemplar. Comienza la lectura en el Nuevo Testamento. Marca
con cuidado los versículos que quisieras recordar.
Nunca
dejes que se empolve tu Biblia. ¿Qué crees que significa que la Palabra de Dios
es una lámpara a tus pies y una luz en tu camino?
A TRABAJAR CON LAS MANOS:
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