“Cuídame, oh
Dios, porque en ti busco refugio”
Salmos 16:1
NVI
Muchas veces me ha pasado de querer decir muchas
cosas, de escribir otras tantas, pero en todo este tiempo de ausencia, me he
dado cuenta de lo importante que es guardar silencio delante del Señor, mirarlo
solamente a Él, dejar de lado todo lo que me aqueja, y sentir su voz, su cálida
voz una y otra vez, refugiarme en sus brazos y recibir su fuerte abrazo,
reconocer que fuera de Él nada tiene sentido en esta vida y que no deseo nada
si en lo está a mi lado. Él es la fuente de mi vida, me dio a conocer la alegría,
jamás podre separarme de su presencia por más que quiera esconderme, pero Él me
buscara hasta los confines de la tierra.
Y ahí
quiero regalarte, este salmo que me cautivo, y me dio las fuerzas que en este
tiempo necesito para salir adelante, porque comprendí que Él es mi porción, mi
Salvación y mi único Dios.
“Cuídame, oh Dios, porque en ti busco refugio.
Yo le he dicho al SEÑOR: «Mi SEÑOR eres tú.
Fuera de ti, no poseo bien alguno.»
Tú, SEÑOR, eres mi porción y mi copa; eres tú quien
ha afirmado mi suerte.
Bellos lugares me han tocado en suerte; preciosa
herencia me ha correspondido!
Bendeciré al SEÑOR, que me aconseja; aun de noche me reprende mi conciencia.
Siempre tengo presente al SEÑOR; con él a mi derecha, nada me hará caer.
Por eso mi corazón se alegra, y se regocijan mis entrañas; todo mi ser se llena de confianza.
No dejarás que mi vida termine en el sepulcro; no permitirás que sufra corrupción tu
siervo fiel.
Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia,
y de dicha eterna a tu derecha.”
Salmos 16 (Nueva Versión
Internacional)
Dios te bendiga, y que así como yo puedas encontrar
el refugio de tu vida, y la razón de ser en el UNICO, que es nuestra Roca
eterna, ¡el Señor Jesús!
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