“Si nos amamos unos a otros, Dios vive en nosotros"
(1 Juan
4:12b)
En
los primeros versículos de Daniel 1 podemos leer que tanto Daniel como Ananías,
Misael y Azarías, pertenecían a la tribu de los hijos de Judá. Así que, es
posible que ya se conocieran; existía una amistad entre ellos. Más, lo
importante es que los unía la misma fe en Dios. Por esto, cuando Daniel propuso
en su corazón no contaminarse con la comida que el Rey Nabucodonosor les
convidaba, sus amigos se unieron a él y lo apoyaron, no comiendo la comida del Rey.
Y es que, la lealtad a sus principios religiosos era tal, que estos cuatro amigos arriesgaron aun hasta sus propias vidas con tal de no fallarle a Dios, quien era la persona más importante para ellos. Y en recompensa (cosecha), Dios los bendijo enormemente delante del Rey. Hizo que cayeran en gracia ante los ojos de él; les dio salud e inteligencia envidiables, tanto, que llegaron a ser personas muy importantes para el reinado del Rey Nabucodonosor.
Así,
de esta historia se aprende lo
siguiente:
-
Que
es importante guardar lealtad absoluta a Dios, sin importar lo difícil
que parezca la situación por la que atravesamos.
-
Es
importante contar con amigos en los momentos más críticos, y si estas amistades
tienen la misma fe en Dios, serán de mucho apoyo. ¿Qué hubiera sido de Daniel
si sus amigos no hubieran tenido ese mismo sentir?
- Otro punto
importante es que Ananías, Misael y Azarías, estuvieron dispuestos a todo con
tal de estar junto a su amigo Daniel, es decir, fueron leales hasta el final.
Cuán difícil resulta hoy en día el encontrar esas amistades, y que precisamente
en los momentos difíciles le digan a uno: “estoy contigo cien por ciento”.
-
Los
cuatro amigos de esta historia, permanecieron firmes defendiendo su fe en Dios,
porque temían a Jehová; conocían de Su grandeza y poder para sacarlos airosos
de esa situación. Así, Dios no tardó en recompensar su fidelidad hacia Él, e
hizo que los demás glorifiquen el nombre de Jehová por sus actos.
Así,
cuando Dios nos recompensa, nos da las cosas “…mucho más abundantemente de
lo que pedimos o entendemos…” (Efesios 3:20), como lo hizo con estos cuatro
jóvenes, pues la Biblia menciona que: “En todo asunto de sabiduría e
inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos
los magos y astrólogos que había en su reino” (v.20).
Recordemos
siempre que el ser hijos de Dios nos hace personas distintas, apartadas para
buenas obras y para llegar a obtener sitiales especiales en esta tierra. Por lo
tanto debemos vivir una vida santa, apartada del mal, para que los que aún no
creen en Dios, lo glorifiquen por medio de nuestros actos.
Manualidad para hacer con los
Niños/as
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