Se cuenta que en una ocasión se le encomendó a una
joven universitaria leer determinada obra. Empezó a hacerlo, pero como le
resultó un poco sosa y no captó su interés, la dejó en un rincón de su armario,
con la idea de retomarla más adelante. Pasado algún tiempo, un conferencista
fue a dar una charla al recinto donde estudiaba la joven. En el curso de la
conferencia, ella se enteró de que aquel hombre era el autor del libro que
tiempo atrás había dejado de lado. Al escucharlo se enamoró tanto de él que al
término de la conferencia la muchacha se fue derecho a su casa, sacó la obra
del armario, la desempolvó y se sumió en su lectura. ¿A qué se debió ese
inusitado interés en un libro que antes consideraba insulso y aburrido? ¡A que
había conocido al autor!
Esencialmente, ¿Por qué motivo sabemos que la
Biblia nos expresa la verdad? ¡Porque conocemos al Autor! Sabemos que la Biblia
es veraz, porque conocemos a su Autor y tenemos la certeza de que no nos
escribiría mentiras. Sabemos además que tiene razón en sus aseveraciones.
Antes que alguien te presentara al Autor de la
Biblia, probablemente no te interesaba mucho leerla o no confiabas en la
autenticidad de su contenido. Quizá ni la habías leído y es posible que ni
siquiera creyeras en ella. No obstante, ahora que te hemos presentado a Jesús y
que lo has aceptado en tu corazón, se ha suscitado en ti -quizá por
primera vez en la vida- un repentino interés en la Biblia. Ello se debe a
que ahora conoces al Autor y acaricias sus Palabras.
Es importante guardar -obedecer, prestar atención a
la Palabra
Obedecer y guardar la Palabra es prueba de que
conocemos y amamos a Jesús. Y en consecuencia salimos beneficiados.
Juan
8:31-32. Dijo entonces Jesús: Si vosotros permanecéis en Mi Palabra,
seréis verdaderamente Mis discípulos; y conoceréis la verdad y la verdad os hará
libres.
Lucas 11:28. Antes bien, ¡bienaventurados los que oyen la palabra de Dios y la
obedecen!
Juan 15:7. Si permanecéis en Mí y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo
lo que queráis y os será hecho.
Juan 14:1. Si me amáis, guardad Mis mandamientos.
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