PERSONAJE MES DE OCTUBRE: SALOMON



La sabiduría de Salomón”
 ¿Por qué podemos decir que Salomón es un buen ejemplo?
 Jesús, quien fue prefigurado por Salomón, habló favorablemente de este rey, presentándolo como un buen ejemplo. Lo hizo al decir a unos judíos incrédulos: “La reina del Sur será levantada en el juicio con esta generación, y la condenará; porque ella vino desde los fines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, pero, ¡miren!, algo más que Salomón está aquí” (Mat. 12:42). En efecto, aquel monarca se hizo célebre por su sabiduría y animó a todos a buscarla con empeño.
 ¿De qué manera obtuvo Salomón la sabiduría, y de qué forma la obtenemos nosotros?
Al comienzo del reinado de Salomón, Jehová se le apareció en un sueño y lo invitó a pedirle lo que quisiera. Consciente de su poca experiencia, el monarca pidió sabiduría (léase 1 Reyes 3:5-9). Dios quedó muy complacido de que, en vez de preocuparse por la fortuna y la gloria, le hubiera hecho esa solicitud, de modo que le concedió “un corazón sabio y entendido”, aparte de grandes riquezas (1 Rey. 3:10-14). Como señaló Jesús, su fama llegó hasta la reina de Seba, quien hizo un largo viaje para ver si de verdad era tan sabio (1 Rey. 10:1, 4-9).
Hoy no esperamos recibir milagrosamente la sabiduría. Es cierto que Salomón dijo que es Jehová quien la da, pero también indicó lo que debe hacer cada uno a fin de adquirirla: “Con tu oído [presta] atención a la sabiduría, para que inclines tu corazón al discernimiento”. Además, mostró que esta cualidad divina solo se consigue con esfuerzo, pues usó expresiones como “si clamas”, “si sigues buscando” y “si sigues en busca” (Pro. 2:1-6). Como vemos, es algo que debemos y podemos obtener.
Trajo la paz al poner en alto la adoración verdadera
 ¿Cómo llegó a contar Dios con un gran templo?
 En la primera parte de su reinado, Salomón tomó medidas para reemplazar el tabernáculo —que venía usándose desde tiempos de Moisés⁠— por un magnífico santuario (1 Rey. 6:1). Lo llamamos el templo de Salomón, pero no porque fuera idea suya ni un medio con el que pretendiera hacerse famoso como arquitecto o generoso benefactor. En realidad, quien propuso su edificación y aportó buena parte de los fondos fue David, y quien proporcionó los detalles sobre su diseño y mobiliario fue Dios (2 Sam. 7:2, 12, 13; 1 Cró. 22:14-16). Aun así, Salomón fue el responsable de ejecutar las obras, que duraron siete años y medio (1 Rey. 6:37, 38; 7:51).
 ¿Qué ejemplo de perseverancia nos dio Salomón?
 ¿Qué efecto tuvo el que Salomón exaltara la adoración verdadera?
 De este modo, Salomón nos dejó un ejemplo al dar prioridad a lo más importante y perseverar en las buenas obras. Cuando se terminó el templo y se introdujo el arca del pacto, ofreció una oración pública en la que dijo a Jehová: “Que tus ojos resulten estar abiertos hacia esta casa noche y día, hacia el lugar del cual dijiste: ‘Mi nombre resultará estar allí’, para escuchar la oración con que tu siervo ore hacia este lugar” (1 Rey. 8:6, 29). Israelitas y extranjeros podrían dirigir sus plegarias hacia este santuario edificado en honor del nombre de Dios (1 Rey. 8:30, 41-43, 60).
9 ¿Qué efecto tuvo el que Salomón exaltara así la adoración verdadera? Tras la inauguración del templo, todos estaban “regocijándose y sintiéndose alegres de corazón por todo el bien que Jehová había ejecutado para David su siervo y para Israel” (1 Rey. 8:65, 66). Sus cuarenta años de reinado se distinguieron por una gran paz y prosperidad  1 Reyes 4:20, 21, 25). Esta situación se refleja en el Salmo 72, que nos permite hacernos una pequeña idea de las bendiciones que disfrutaremos bajo el gobierno de Cristo, el rey representado por Salomón (Sal. 72:6-8, 16).

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