OBJETIVOS DE LA SEMANA:
·
MOSTRARLES A LOS NIÑOS,
QUE CUANDO NUESTRA ACTITUD ES MALA, TENEMOS MALAS CONSECUENCIAS.
·
COMPRENDER QUE NUESTRAS ACTITUDES PRESENTES DETERMINAN NUESTRO FUTURO.
·
QUE DECIDAN ADOPTAR ACTITUDES POSITIVAS QUE LES AYUDEN A CRECER.
BASE BIBLICA: Éxodo 17:1-7; Números
20:1-13
TEXTO
PARA MEMORIZAR: Juan
7:37,38.
“En
el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzo la voz,
diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El
que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua
viva.”
REFLEXION
INTRODUCTORIA
Querido maestro:
Habían
transcurrido muchos años desde que los israelitas salieron de Egipto. Durante
todo el tiempo Dios había suplido las necesidades del pueblo. Cuando
necesitaban alimento, agua y otra ayuda, Dios se los proporcionaba. Aun la ropa
y el calzado no se envejecieron (Deuteronomio 29:5).
Dios fue
muy amante y cuidadoso con ellos; pero el pueblo era ingrato. Vez tras vez volvían
a quejarse.
Dice la
Biblia que Moisés era el hombre más manso de la tierra (Números 12:3). Sin
embargo, en esta oportunidad perdió el control sobre sí mismo ya que tuvo una
mala actitud y desobedeció a Dios. En lugar de hablar a la peña, como fue la
orden divina, Moisés la golpeó dos veces.
Dios, en
su misericordia, dio agua al pueblo. Pero tuvo que castigar a Moisés. No se le
permitiría entrar a la Tierra Prometida. ¡Qué grande desilusión!
Cuando
Moisés pidió al Señor que le concediera entrar en Canaán, Dios le dijo: «Basta,
no me hables más de este asunto» (Dt 3:23-27).
¿Por qué
tanta severidad? Tal vez la explicación está en 1 Corintios 10:4, que nos dice
que la roca que los seguía era Cristo.
«Todos
bebieron de la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que
los seguía, y la roca era Cristo.»
En una
primera oportunidad Moisés tuvo que golpear la roca para que diera agua. Esta
segunda vez solamente debía hablarle a la roca y daría agua.
1.
Cristo fue golpeado y herido en la cruz para darnos agua viva.
2.
Ahora, basta «hablarle» y nos da el agua que sacia nuestra sed
interior.
Aprendamos de la dura experiencia de Moisés. Vivamos nuestra vida
en obediencia total al Señor.
HISTORIA BIBLICA:
Nadie
puede vivir sin agua. Todos la necesitamos: chicos y grandes, perros y gatos,
vacas y corderos... (pida que los alumnos sigan nombrando otros animales).
El pueblo
de Dios también necesitaba agua. Agua para tomar, agua para lavarse, agua para
el ganado, agua para lavar la ropa, etc.
Estaban
en el desierto y no tenían agua. Entonces se reunieron y se quejaron contra Moisés.
Dijeron entonces: ¿Por qué nos has traído aquí
al desierto? ¡Ojalá nos hubiéramos muerto en Egipto! Ahora vamos a morir de
sed. Aquí no podemos sembrar nada; no hay higueras, ni viñedos, ni ganados. ¡Ni
siquiera hay agua para tomar!»
¡Pobre
Moisés! Otra vez la gente se quejaba ¿Qué podía hacer? ¿Qué haces tú cuando
tienes un problema? Si estás triste, ¿qué haces?. Moisés si sabía lo que tenía que hacer. Y por eso oró al Señor.
–Reúne a
la gente –le dijo Dios–. Toma tu vara y párate junto a la roca.
¿Recuerdas
cómo una vez golpeaste a la roca y salió agua?
Ahora no vas a golpear a la roca. Solamente le
vas a hablar y va a brotar agua.
Y así lo
hizo Moisés. Casi así...
Moisés
estaba tan enojado con la gente rebelde que en vez de hablar a la roca la
golpeó dos veces con su vara. Salió agua como un chorro y la gente pudo tomar
todo lo que quería.
Pero
Moisés había desobedecido. No había prestado atención a lo que Dios le había
ordenado.
–Tengo
que castigarles –dijo Dios a Moisés y Aarón–. Ustedes fueron desobedientes. No
podrán entrar a la Tierra Prometida. Yo quería mostrar mi poder, sacando agua
de la roca sin necesidad de que ustedes la golpeen.
¡Qué
tristeza debe de haber sentido Moisés! De seguro que tenía grandes deseos de
llegar a la tierra que Dios les había prometido. Ahora, por desobediencia,
había perdido su oportunidad.
Moisés
estaba acostumbrado a orar cuando tenía problemas. El castigo que Dios le
impuso era un gran problema. Moisés tenía muchos deseos de ver la
Tierra
Prometida; así que oró a Dios. «Señor, tú eres grande y poderoso. Por favor,
concédeme que entre en la tierra que nos has prometido.»
¿Creen
que Dios escuchó la oración de Moisés? Sí, porque Dios escucha todas nuestras
oraciones. Pero no siempre nos concede lo que pedimos. Dios había dicho que
Moisés no entraría en la Tierra Prometida, y fue firme en su decisión.
(Lean
Deuteronomio 3:26.)
APLICACIÓN A LA VIDA DIARIA:
Varias
veces hemos hablado de la importancia de ser obedientes y de tener una buena
actitud. Moisés tuvo una mala actitud y desobedeció. La desobediencia es pecado y la paga del
pecado es muerte, así que Moisés tuvo que afrontar las consecuencias de su mala
actitud, no se le permitió entrar a la tierra prometida, pero Dios en su gran
amor y misericordia sí le permitió verla y contemplarla desde lo alto de un
monte.
¿Cuál es
tu actitud frente a las cosas que sabes que son pecado, que a Dios no le gusta
que hagas?
Recuerda
que todas nuestras acciones tienen consecuencias si quieres buenas
consecuencias pues tienes que adoptar una actitud positiva y ser obediente a lo
que Dios te pide hacer.
MANUALIDAD PARA DESARROLLAR CON LOS NIÑOS:
SEMAFORO DE LA ACTITUD
Puedes ayudarte de los padres y que le vayan poniendo un sticker en el lugar que le corresponde rojo actitud negativa, amarillo está por tomar una mala actitud pero lo piensa, y verde tomó una actitud positiva.
wow super mega excelente
ResponderBorrarmuy bonita enseñanza