“CON TODA HUMILDAD Y
MANSEDUMBRE”
Efesios
4:2
Pablo anima a los creyentes a vivir de acuerdo con
lo que son: hijos de Dios. Por eso en este versículo menciona elementos
necesarios para una vida cristiana fiel, actitudes que permiten que los
creyentes vivan juntos como Dios lo desea. Veamos las dos primeras.
Con toda
humildad y mansedumbre. Palabras muy importantes. Con toda humildad, no es una palabra
que expresa debilidad, sino que expresa poder. No se puede agradar a Dios sin
humildad. La humildad nos permite vernos tal como somos, porque nos muestra
delante de Dios tal como Él es. Los creyentes humildes no piensan en su gloria
personal, sino en el bienestar de los demás. La humildad trae buenas
relaciones humanas, mejor vida espiritual y comunión con Dios y los demás.
El
ejemplo máximo de humildad es el Señor Jesús: Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en
forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino
que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante
a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí
mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Filipenses 2:5-8.
Junto a
la humildad está la mansedumbre. La humildad produce mansedumbre.
No puede haber mansedumbre sin humildad. La mansedumbre se refiere a una
actitud afable y controlada. Esta palabra se empleaba para hablar de los
animales salvajes que tenían que ser domesticados. Jesús dijo: Bienaventurados
los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad, Mateo 5:5.
Jesús habló de su propio carácter: Llevad mi yugo sobre
vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas, Mateo 11:29.
Además la mansedumbre es parte del fruto del Espíritu Santo: Mas el fruto
del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia,
benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra
tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22, 23.
La
humildad y la mansedumbre son algunas de las características de todo hijo de
Dios, por lo tanto:
Vestíos,
pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre,
de paciencia;
Colosenses 3:12.
MANUALIDAD: Que vistan a cada niño o niña y que escriban el versículo de colosences 3:12
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