“ME SACARON DE MIS CASILLAS” (Miercoles 9 de Noviembre)







Lecturas Bíblicas: Números 12:3; II Timoteo 1:7




 







¿Hay situaciones que “te sacan de las casillas”? ¿Te ha pasado que hay momentos que te enojas tanto que reaccionas de alguna manera muy fuerte? Muchas veces con nuestra manera de actuar frente a los problemas, gritamos, golpeamos las cosas, o herimos a la gente que nos rodea. Por eso es que una de las manifestaciones del Espíritu Santo es la mansedumbre.
Hoy, a través de dos historias bíblicas acerca de Moisés (el hombre más manso de la Tierra) y de Daniel (que nos mostrará que Dios nos ayuda y nos bendice cuando decidimos obedecerlo), el Señor nos dará valor para elegir lo que es mejor en cada situación que se nos presente.
Moisés, la Biblia dice que él era la persona más mansa sobre la Tierra. No importaba la situación en la que se encontrara, siempre estaba tranquilo. Hubo momentos donde el pueblo se rebeló, se quejaba e incluso trataba de matarle. Aún sus propios hermanos se quejaron de él y lo criticaron, pero aun así no perdió la calma. Había aprendido a confiar en Dios. Sin embargo un día se olvidó de dejar a Dios en control, Dios le mandó que le hable a la roca para que le dé agua, pero él estaba tan enojado por la queja de la gente que la golpeó. Y por desobedecer al Señor no pudo entrar en la tierra prometida. Debemos ser siempre sensibles a la influencia del Señor, para nunca perder el dominio propio.
Daniel también fue alguien que practicaba la mansedumbre y templanza. Cuando vino el tiempo de dificultad y lo echaron al foso de los leones, no empezó a patalear, a gritar ni a quejarse ante Dios. Siguió orando como siempre lo había hecho, y el Señor contestó su oración.

Durante toda nuestra vida vamos a vivir situaciones no muy lindas, que tratarán de sacarnos del propósito de Dios y hacer que fallemos en mostrar estas manifestaciones del Espíritu. Por eso es importante cada día, temprano en la mañana al hacer el devocional, entregarle el control de todo a Dios. No podemos decir: “Me hicieron enojar” o “me sacaron de las casillas”. Nosotros tomamos la decisión de enojarnos, de gritar, de lastimar. Por eso, tomemos hoy la decisión de dejar que la presencia del Espíritu Santo reine en nuestros corazones, y que su fruto se manifieste en plenitud en nuestras vidas.


MANUALIDAD PARA HACER CON LOS NIÑOS:

 escribe el versículo en el cuerpo del gusanito


 







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