“Perdonad…, para que también vuestro padre
que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas…” (Marcos 11:25b)
¿Cuánto pesa
un vaso de agua? Esto depende de cuánto tiempo tienes que sujetarlo. Un minuto,
no supone ningún problema, después de una hora, te dolerá el brazo. Pero
después de veinticuatro horas, vas a estar bastante harto. En cada momento, el
vaso pesa exactamente lo mismo, pero cuanto más tiempo lo sujetes, más pesado
parece. Y lo mismo sucede con el rencor: puede llegar a ser tan pesado, que te
impida vivir. La gente te va a herir porque ésa es la realidad de compartir el
planeta con otras personas. Algunas veces, es intencional, otras, ni se dan
cuenta de que te han herido, y mucho menos de haberte roto el corazón.
¿Significa esto que debes seguir adelante pretendiendo que no ha pasado nada?
No, el primer paso es encarar tus sentimientos. Y si la herida es muy profunda,
es aún más difícil perdonar. Entonces es cuando necesitas orar: “Señor, cambia
mi corazón y sáname”. Jesús dijo: “…orad por los que os calumnian” (Lucas
6:28b). Cuando haces esto, ocurre algo inesperado. Tu corazón se ablanda y
empiezas a ver a aquellas personas a través de los ojos de Dios en vez de con
tus emociones más bruscas. Jesús afirmó: “…perdonad, si tenéis algo contra
alguien, para que también vuestro Padre que está en los Cielos os perdone a
vosotros vuestras ofensas…” (Marcos 11:25b). Si no perdonas, tampoco serás
perdonado, ni siquiera por el Señor…
Cuando
adoptes una actitud humilde y te esfuerces en perdonarte como Dios lo hace,
será mucho más fácil no tomar en cuenta los errores de los demás. Haz la
prueba, ¡te sorprenderás!
Manualidad para hacer con los Niños
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