“Hijo mío, obedece el
mandamiento de tu padre
y no abandones la enseñanza de tu madre”.
y no abandones la enseñanza de tu madre”.
Historia:
Era
una vez una tortuguita que se llamaba Ruby y que vivía con su mamá y sus dos
hermanitas tortugas. Un día, la mamá le dijo a Ruby que cuidara de sus
hermanitas porque
ella iba al campo en busca de unas hojas frescas para comer.
Ruby le contestó que sí, que ella
cuidaría de sus hermanas. Pero a lo lejos, Ruby, la tortuguita, escuchó
una música que
le gustaba y se colocó una blusa de color rojo, un sombrero, una falda amplia y
se puso sus tacones para ir a bailar, porque decía que le gustaba esa música
que estaba sonando y oyendo.
Cuando
llegó al lugar de donde venía la música, se encontró que allí vivía un perro que se llamaba Franklin, el cual le
dijo que él tenía mucha hambre y que si ella no había pasado por algún lugar
adonde hubiera comida abundante.
Ella
le dijo: 'tranquilo amigo, yo te voy a ayudar a conseguir comida. Cuando tu
dueño se ponga a comer me avisas. Así fue, cuando el señor José se iba a llevar
un muslo de pollo a la boca, vino la tortuguita Ruby y le mordió el dedo gordo
del pie.
Del
dolor que le produjo la mordedura de la tortuga, soltó el muslo de pollo de
inmediato, llegó el perro y se lo llevó corriendo para comérselo lejos porque
tenía mucha hambre.
El señor José se puso a llorar; de
inmediato su esposa, la señora María le preguntó que por qué daba tantos
gritos. Él le mostró la herida que le había hecho la tortuguita y le pidió que
llenara una olla grande con agua y la pusiera en el fogón a calentar para meter
a la tortuguita dentro del agua caliente y poderla comer.
Después llegó el perro y escuchó que
la señora María buscaba afanada a la tortuguita porque el agua ya estaba
caliente, pero Franklin, el perro, sabía que matarían a su amiga la tortuguita
Ruby por haberlo ayudado a conseguir comida.
Olfateó dónde se encontraba la
tortuguita que se encontraba debajo de una cama y le dijo: “Sssssh..., no te
preocupes, que cuando se acuesten yo te abro la puerta para que salgas”.
Cuando
oscureció la tortuguita Ruby salió y el perro se despidió de ella en la puerta.
La tortuguita tuvo mala suerte porque
un señor que iba paseando por la calle la vio y la metió en un saco, pero como
el perro vio que Ruby la tortuguita estaba en peligro, corrió muy deprisa y
mordió en la nalga al señor.
Luego el señor soltó el saco y el
perro Franklin ayudó a salir a Ruby, la tortuguita, del saco, cuando de pronto
vieron que la mamá de la tortuguita venía, llamándola, junto con sus
hermanitas.
La tortuguita Ruby le prometió a su
mamá que la obedecería, ya que casi pierde la vida por desobedecerla. Y además,
no había sido tan responsable dejando a sus hermanitas solitas.
Manualidad para hacer con
los niños:
¡El Sobre de la Obediencia!
Materiales:
Papel
bond, paginas de colores, tijeras, lápices, sobres, colores y pegamento.
El niño deberá
escribir en diferentes papelitos los motivos por los cuales desea ser
obediente, en el caso de los más pequeños se le sugiere al maestro llevar imágenes
pequeñas donde describan dichos motivos.
Por ejemplo: Deseo
ser obediente… Porque a Dios le agrada,
para que otros niños conozcan de Dios, por amor a mis padres, para que Dios
pueda bendecir mi vida etc.
Luego de eso pida al
niño que decore su sobre, y cada vez que desobedezca o desee hacerlo, deberá ir
en busca de su sobre y recordar los motivos por los cuales debe obedecer.
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