“EL NIÑO QUE PROMETIO NO MENTIR”(MIERCOLES 31 DE MAYO)





  Dejando la mentira, hable cada uno a su prójimo con la verdad.
                                                                                               Efesios 4:25

Hassan era un niño árabe.
Un día le tocó viajar a Bagdad. Su madre sabía que había bandidos por el camino que a veces asaltaban a los viajeros. Para esconder las monedas que mandaba para los gastos de su hijo, ella los cosió en el manto del niño.

Cuando Hassan estaba listo para salir, su madre le dijo:–Hijo, prométeme que nunca dirás una mentira. Si hablas siempre con la verdad y eres honrado, te va a ir bien.

Hassan le prometió que no mentiría.

Antes de que empezara el viaje, la madre oró por su hijo y pidió que Dios mandara sus ángeles para protegerlo en el camino.

Cuando pasaba por un desierto lo asaltaron unos bandidos. Hassan no llevaba muchas cosas. Su ropa no les interesaba a los bandidos. Lo que buscaban era dinero; pero no encontraron ni una sola moneda en el bultito que llevaba.

El jefe de los bandidos no podía comprender cómo el niño viajaba sin dinero.

–Muchacho, ¿no me digas que viajas sin dinero? –le dijo–.
¿Cómo es que no llevas nada?

–Yo tengo dinero –dijo Hassan–. Tengo 80 ducados cosidos en mi manto.

El jefe de los bandidos pensó que el niño bromeaba. Él y sus compañeros se rieron a carcajadas– ¡Ja, ja ja! Muchacho mentiroso...
Pero Hassan insistió en que era verdad. Entonces al jefe de los bandidos revisó el manto y encontró el dinero.

– ¿Por qué me avisaste acerca del dinero? –le preguntó muy sorprendido a Hassan.

–Porque le prometí a mi mamá que nunca iba a mentir –respondió el niño.

El bandido lo miró boquiabierto y dijo:

– ¿Qué? ¿No me mentiste debido a una promesa?

Bajó la cabeza y quedó pensativo un rato, luego dijo:

–Tú, un niño, eres fiel a tu madre, y yo, un hombre anciano, cada día quebranto las leyes de Dios.

Le extendió la mano a Hassan y prosiguió:

–Dame la mano, muchacho. Desde ahora dejaré los caminos de pecado.
Para Hassan era normal hablar con la verdad. Su madre le había leído la
Biblia, y él habían aprendido que la mentira es pecado.

Hassan amaba al Señor Jesús y quería obedecerlo en todo lo que hacía.
Los demás bandidos siguieron el ejemplo de su jefe y Hassan les explicó lo que enseña la Biblia.

Los bandidos comenzaron una nueva vida, todo porque hubo un niño que le prometió a su madre no mentir.

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