Una vez oí la historia de un hincha de
Boca llamado Esteban que no consiguió entradas para ir a ver a su equipo jugar
un clásico contra River. Como no se quería perder el partido, aceptó la oferta
de un amigo y le compró una entrada pero para la tribuna de su quipo contrario
-‘No importa sentarme con los de
River’- pensó. ‘Lo más importante es estar allí y ver a el partido.’
El primer tiempo fue bastante movido,
pero ninguno de los equipos metió ningún gol, aunque BOCA estuvo cerca en 2
oportunidades.
Esteban se agarraba la cabeza con las
manos y aunque no aplaudía para que ningún hincha de River se diera cuenta,
sudaba de emoción por poder estar allí.
De repente durante el segundo tiempo
llega el gol de River. Tan concentrado estaba Esteban en la jugada, que cuando
la pelota logra entrar al arco, se deja llevar por el griterío de los que
estaban a su alrededor y se levanta también de su asiento gritando:
-‘Gooooooooooooool, golaaaaazoooooooo’-
gritaba Esteban mientras se levantaba la remera blanca y dejaba ver la camiseta
de Boca que llevaba puesta.
La tribuna se paró sobre las butacas y
aclamaba eufóricamente el gol de su equipo, y fue en ese momento cuando
Esteban se dio cuenta que estaba festejando al equipo contrario. Sin quererlo
claro!
Qué vergüenza comenzó a sentir Esteban!
Sentado en la tribuna de River, siendo de Boca y además gritando un gol de su
equipo contrario, por confusión.
No sé cómo terminó el partido, y mucho
menos la historia de Esteban, pero me ayudó a pensar que a veces a los
cristiano puede pasarnos lo mismo.
Decimos que somos de Dios, pero cuando
alentamos el mal comportamiento de nuestros amigos es como si estuviéramos
festejando los goles que mete el diablo.
Decimos que somos de Dios pero cuando
mentimos a la maestra para no ser descubiertos estamos festejando el gol del
diablo.
Decimos que somos de Dios pero cuando
desobedecemos a nuestro papá, estamos festejando el gol que acaba de hacer el
diablo.
Decimos que somos de Dios pero cuando
decimos malas palabras estamos festejando el gol que hizo el diablo.
Si somos de Dios, debemos hacer las
cosas que a Dios le agradan y ‘’meter goles’’ para su quipo, que es la Iglesia.
De qué manera podríamos golear al
diablo en este día o en esta semana?
Invitando chicos a la iglesia
Aprendiendo un texto de memoria
Orando
Ofrendando
Cantándole al Señor una canción
Haciéndole un dibujo
Ayudando a un necesitado
Leyendo la Biblia
La Biblia dice en Proverbios 9:10 que ‘Todo
el que quiera ser sabio que comience por obedecer a Dios’
Otra versión más antigua dice: ‘el
principio de la sabiduría es el temor al Señor’
TEMOR es respeto, obediencia, estar
consientes de que la AUTORIDAD que tiene sobre nosotros.
Empecemos por ubicarnos en el quipo
correcto antes del partido. Permitime que te pregunte:
Sos de los que ‘temen a Dios’ o de los
que ‘les da lo mismo sentarse en cualquier tribuna’?
Por Natalia Manago
Devocional 10 minutos con Dios
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