Voy a contarles
una historia de un niño llamado Daniel que vivía muy feliz con su familia y sus
amigos. Un día su hermana menor tuvo un accidente y ella estaba tan mal que se
estaba muriendo. Los médicos no podían hacer nada por curarla. Pasaba el tiempo
y la niña se ponía peor. El médico que la atendía dijo que si alguien le
regalara sangre ella podría salvarse. Sin embargo ella tenía un tipo extraño de
sangre y no encontraban de esa clase de sangre en ningún lado hasta que se
dieron cuenta que Daniel tenía la sangre que su hermana necesitaba. El médico
les dijo a los padres que si no le ponían a la niña inmediatamente la sangre de
Daniel la niña moriría. Los padres decidieron hablar con Daniel y explicarle lo
que pasaba. Al final le preguntaron si estaría dispuesto a regalarle su sangre
a su hermana. Daniel se quedó meditando largo rato hasta que finalmente dijo
que sí lo haría. Fueron inmediatamente al hospital, llevaron a Daniel donde
estaba su hermana, lo acostaron en una cama junto a ella y le colocaron las
agujas para sacarle la sangre mientras que su hermana en la otra cama recibía
la sangre de su hermano. Los médicos notaron casi inmediatamente que la niña se
veía mejor y todos se pusieron alegres. La niña se había salvado gracias a la
sangre que le regalé su hermano Daniel. La mamá se acercó a Daniel y lo abrazó
dándole las gracias. En este momento Daniel le preguntó a su madre, "Mamá,
¿cuánto falta para que yo muera?" ¡Se imaginan! Daniel amaba tanto a su
hermana que no le importó darle su sangre aunque pensaba que esto le traería la
muerte. Daniel quería dar lo que él había recibido de su Rey Jesús para salvar
a la vida de ser hermanita. ¿Qué quisieras tu dar a los demás?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario