QUERIDO MAESTRO
Y MAESTRA.
El estudio de los Salmos es una aventura
que abrirá puertas de conocimiento y adoración en la vida de los niños y niñas.
Hoy en día vivimos un stress en todos los
ámbitos de nuestra vida y los niños no son la excepción, ellos al igual que
nosotros tienen miedos, frustraciones, preguntas, alegrías, tristezas, enojos y
todos los sentimientos que nos podamos imaginar.
El libro de los Salmos nos ayuda a
aquietar nuestro ser y a confiar plenamente
en El Señor creador del cielo y de la tierra.
Es importante que durante esta serie
inyectemos a nuestros niños esa seguridad que nuestro creador es quien los
aquieta, que les da seguridad, quien los levanta y les llena de su hermosa paz
Pidámosle al Señor en oración que cada
domingo y miércoles, su Espíritu Santo ministre y los llene de su presencia
poderosa y se sientan confiados que el Señor esta con ellos en todo momento.
Espero que te deleites DURANTE ESTOS 6 MESES en el estudio y la lectura de este
hermoso libro.
Nancy Rivasaguirre
INFORMACIÓN IMPORTANTE.
La tradición hebrea dio al libro de los Salmos el nombre
de "Tehillim", que significa "cantos de alabanza", o
simplemente "alabanzas". En cambio la traducción griega de los
Setenta (LXX) le puso el título de "Psalmoi" y "Psalterion",
términos de los cuales se derivan nuestras palabras de Salmos y Salterio. La
palabra griega "psalmos" designaba a un poema que sería cantado con
instrumentos de cuerda, y el "psalterion" era uno de esos
instrumentos. Así que "salterio" suele emplearse actualmente para
referirse al libro de los Salmos, mientras que "salmo" designa a cada
uno de los poemas que integran el libro.
Muchos escritores contribuyeron con uno a más Salmos. A
David, llamado "el dulce cantor de Israel" se le atribuyen 73 de los Salmos;
(El Salmo 2 le fue atribuido en Hechos 4:25; el Salmo 95 le fue atribuido en
Hebreos 4:7) Ahora, él podría haber sido el autor de otros Salmos que se conocen como
los 39 "Salmos huérfanos". David fue peculiarmente dotado para
escribir estos Salmos a partir de la experiencia que tuvo, así como bajo la
inspiración del Espíritu Santo. Él arregló, ordenó, aquellos Salmos que se
encontraban en existencia en su día para ser utilizados en el templo. Ahora,
los otros escritores de los Salmos fueron los siguientes: Moisés escribió uno
(el Salmo 90), Salomón escribió dos, los hijos de Coré 11; Asaf doce; Hemán
escribió uno (el Salmo 88.) Etán uno (el Salmo 89); Ezequías 10. Estos son,
pues, los 150 Salmos.
Este libro ha bendecido los corazones de multitudes a través
de las edades. Hemos descubierto que cuando nos encontramos enfermos, cuando
hemos estado en algún hospital, o hemos tenido algún problema en nuestro
corazón y en nuestra mente que a veces nos hace perder el sueño durante la
noche, siempre es bueno acudir a este libro de los Salmos. Y cuando uno se
levanta luego de una noche de insomnio, y va a este libro y lee algo, siempre
encuentra que es una bendición para el alma y para la vida diaria.
Aparentemente, a través de los años esta ha sido también la experiencia de
muchas otras personas.
Los Salmos están llenos de Cristo. Hay un cuadro más
completo de Él en los Salmos que en los evangelios. En los evangelios se nos
dice que Cristo fue al monte a orar, pero los Salmos nos muestran Su oración.
Los evangelios nos dicen que Él fue crucificado, pero los Salmos nos revelan lo
que experimentaba en Su corazón durante la crucifixión. Los evangelios nos
dicen que Él regresó al cielo, pero los Salmos comienzan donde los evangelios
interrumpieron su relato y nos muestran a Cristo sentado en los cielos.