OBJETIVOS DE LA SEMANA
· Que los niños
aprendan a diferenciar entre ser de la familia de Adán y pertenecer a la
familia de los Hijos de Dios.
· Que los niños
conozcan el propósito por el cual fueron
creados y como se transmitió la naturaleza pecaminosa al hombre.
· Que durante la
semana puedan decirse a pertenecer la familia de Dios y acepten a Jesús como su
Salvador.
BASE BIBLICA: Génesis 1:26-28; Romanos 5:19; Juan 3:3; 1ra. Corintios 15:47; Juan 17:4-5
TEXTO PARA MEMORIZAR: Juan 3:3
“De cierto,
de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de
Dios”
Nota: Esta es una clase muy
importante para todos los niños, y es necesario no omitir ningún detalle, se le
sugiere para dar la clase con títeres, ponerles nombre, hacer un dialogo donde
estén presentes todos los puntos importantes de la clase.
HISTORIA BIBLICA:
¿Te han dicho alguien alguna vez, que si tú quieres
ir al cielo tienes que “nacer de nuevo”? Esto es verdad. El Señor Jesús mismo
dijo: “De cierto, de cierto te digo, que
el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3).
Para entender lo que El Señor Jesús quiso decir y
por qué debemos “nacer de nuevo”, tenemos que conocer la historia de dos
hombres muy importantes en la Biblia. Estos hombres son Adán y Cristo. Adán es
llamado “el primer hombre” de Dios, y El Señor Jesús es llamado el “segundo
Hombre de Dios”.
Adán es llamado el “primer hombre” porque él fue el
primer hombre creado por Dios. Dios creó solo un hombre y una mujer. De aquel
hombre, Adán, y su esposa vino toda la humanidad. Adán fue creado a la imagen
de Dios. La Biblia dice: “Y creó Dios al
hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis
1:27).
¿Para qué creó Dios al hombre? Dios creó al hombre
para Su gloria. Dios quería personas que le amaran, le obedecieran y le
produjeran gozo en Su corazón.
¿Obedeció Adán a Dios? No, no le obedeció. Adán
decidió desobedecer a Dios. Ahora Adán era un pecador; él tenía un corazón
pecador.
Los hijos de Adán tuvieron un corazón pecador,
igual que su padre Adán. Asimismo, sus nietos tuvieron pecado en su corazón.
Adán pasó su naturaleza pecaminosa a toda la raza
humana. ¡Adán produjo una familia de pecadores, igual que él mismo! La Biblia
dice: “Porque así como por la
desobediencia de un hombre los muchos [todos] fueron constituidos pecadores…”
(Romanos 5:19).
Dios quería personas que le glorificaran y le
produjeran gozo a Su corazón. Pero Adán, el primer hombre que Él creó, produjo
una familia de pecadores. Ahora que todos eran pecadores, ¿los odiaba Dios? No,
Él no los odiaba; Dios ama a las personas, Él siempre ha amado a la gente.
¿Qué hizo Dios? Él nos dio Su “segundo Hombre”.
¿Quién es el “segundo Hombre” de Dios? Él es el Hijo de Dios, el Señor
Jesucristo. La Biblia dice: “El primer
hombre [Adán] es de la tierra, terrenal [hecho del polvo de la tierra]; el
segundo hombre [Jesucristo] que es El Señor, es del cielo” (1ra. Corintios
15:47).
Dios ahora tenía un hombre en la tierra, El Señor
Jesús, en quien podía tener alegría y gozo perfectos. Todo lo que hacía y decía
El Señor Jesús era del agrado de Su Padre. Dos veces Dios habló desde el cielo
diciendo: “Este es mi Hijo amado, en
quien tengo complacencia” (Mateo 3:17, 17:5).
Al final de Su vida en la tierra, Jesús oró a Su
Padre: “Yo te he glorificado en la
tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese. Ahora pues, Padre,
glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el
mundo fuese” (Juan 17:4-5).
Su Padre respondió esa oración. Cuando Jesús
regresó al cielo, Dios el Padre le dio a Él el lugar más alto en el cielo. Él
está sentado a la derecha de Dios Padre. Dios le ha hecho a Él “…Señor de todos” (Hechos 10:36).
Dios no sólo hizo que Su Hijo sea “Señor de todos”,
sino que le ha hecho la cabeza de Su nueva familia, llamada “los hijos de
Dios”.
Ahora hay dos familias en el mundo. La cabeza de
una familia es Adán. La familia de Adán es una familia pecaminosa.
La Cabeza de la otra familia es el segundo Hombre
de Dios, El Señor Jesucristo. Su familia es llamada “los hijos de Dios”. Toda
persona pertenece solo a una de estas dos familias.
Todos nosotros, cuando nacimos en este mundo,
nacimos en la familia pecaminosa de Adán. Toda persona en la familia pecaminosa
de Adán está separada de Dios y perdida. Por eso es que El Señor Jesús dijo: “…Os es necesario nacer de nuevo” (Juan
3:7).
¿Cómo “nacemos de nuevo” en la familia de Dios?
Nacemos de nuevo cuando creemos en El Señor Jesús y lo recibimos como nuestro
Salvador. La Biblia dice: “Mas a todos
los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser
hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
En el momento que acepté al Señor Jesús como mi
Salvador, nací en la nueva familia de Dios. Me sacó de la familia pecaminosa de
Adán y me puso en su nueva familia. ¡Ahora soy un hijo de Dios!
¿Has confiado en El Señor Jesús como tu Salvador?
Si la respuesta es afirmativa, tú has “nacido de nuevo” en la nueva familia de
Dios. Todos tus pecados han sido perdonados. ¡Tú eres un hijo(a) de Dios para
siempre! La Biblia dice: “pues todos sois
hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús”
(Gálatas 3:26).
Como ahora somos hijos de Dios, siempre podemos
acercarnos a Él por cualquier cosa que nos preocupe. Tenemos que orar a Dios
Padre en el Nombre de Jesús. Él oirá nuestras oraciones y hará lo que sea mejor
para nosotros. Jesús dijo: “Hasta ahora
nada habéis pedido en mi nombre; pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea
cumplido” (Juan 16:24).
Querido amigo(a), si no estás seguro(a) de haber
nacido de nuevo en la nueva familia de Dios, por qué no te aseguras ahora mismo
y dile:
“Señor Jesús,
en verdad creo que Tú eres el Hijo de Dios y que Tú moriste en la cruz por mis
pecados. Ahora mismo, te acepto como mi Salvador. Por favor ven a mi corazón y
hazme un hijo(a) de Dios para siempre”. (Maestro no deje de hacer el llamado a aquellos niños que no tienen a
Cristo en su corazón y realice esta oración)
A TRABAJAR CON LAS MANOS.